El problema
Actualmente, el Bosque Modelo de Manitoba Inc. (MBMF) dirige una campaña para revertir un marcado descenso en la población de alces en la Zona de Caza Deportiva (GHA) 26, que constituye una porción importante de la geografía del Bosque Modelo. La población de alces disminuyó de alrededor de 2400 en el año 2000 a tan solo 800 en 2010. MBMF, y en particular, la Comisión para el Manejo Cooperativo del Alce Americano (CCMM) de MBMF, ha trabajado estrechamente con el gobierno de Manitoba a fin de investigar y comprender las causas del descenso, así como también para desarrollar soluciones con una variedad de socios.
La biodiversidad en MBMF es muy rica; cuenta con varios cientos de especies de aves, peces, anfibios y mamíferos, entre ellos el caribú de los bosques, una especie en Peligro de extinción según la Ley de Especies en Peligro de Extinción de Canadá.
MBMF realiza investigaciones en materia ecológica, social y económica en todos los aspectos del bosque boreal y emplea esos conocimientos para desarrollar enfoques innovadores hacia el manejo de los recursos naturales. Asimismo, trabaja con las comunidades a fin de identificar oportunidades de aprovechamiento económico del bosque.
La CCMM nació en 1995 como una comisión de grupos de interés múltiples del Bosque Modelo de Manitoba con el objetivo de fomentar la conservación, la recuperación y la sustentabilidad de las poblaciones de alces americanos en la zona este de Manitoba. La finalidad es brindar a quienes tengan un interés en la conservación de los alces americanos un espacio donde puedan compartir información e ideas, participar en proyectos y actividades de manejo y desarrollar sugerencias cooperativas al gobierno de Manitoba para la conservación y el manejo de los alces en la región este de Manitoba.
Factores tales como la depredación, la caza, los accesos viales de las operaciones forestales y mineras, así como también los parásitos y enfermedades pueden afectar de manera directa o indirecta a la población de alces americanos. Asimismo, otros factores como el hábitat, el clima y hechos climáticos graves juegan un papel esencial en determinar la viabilidad de que un área sea apta para los alces americanos.
El principal depredador de los alces americanos en la zona GHA 26 son los lobos. Observaciones locales, los conocimientos tradicionales indígenas (ATK) y reconocimientos aéreos desarrollados por la CCMM señalan que la población de lobos ha aumentado durante por lo menos la última década, y la población en la zona GHA 26 es lo suficientemente grande como para afectar de manera negativa a la población de alces americanos.
Dado que los lobos son depredadores oportunistas, la presencia de especies alternativas en un área también puede influenciar el índice de depredación global de los alces. Probablemente, la aparición relativamente nueva del ciervo de cola blanca en la zona GHA 26 esté aportando al crecimiento de la población de lobos, especialmente en la región sur. Los lobos también se alimentan de manera oportunista del caribú de los bosques boreales, que también ocupa la zona GHA 26.
La Comisión CCMM del MBMF desarrolla varias investigaciones y estudios de monitoreo a nivel del territorio a fin de comprender la distribución de la población de lobos, alces americanos y ciervos en el área. Mientras que históricamente los alces americanos se distribuyeron en toda la zona GHA 26, según observaciones locales y datos obtenidos mediante GPS, los investigadores han descubierto una ausencia casi total de alces americanos en la región sur de dicha área desde 2010 en adelante. Es posible que la introducción del parásito de las meninges a través de los ciervos y sus efectos mortales sobre los alces americanos también puedan estar aportando a esta situación.
Los investigadores también examinaron el rol de los corredores (carreteras, senderos, etc.) en la interacción y distribución de los lobos y alces americanos en la región norte de la zona GHA 26 usando un collar con el sistema de posicionamiento global (GPS) en los lobos, siendo esta la primera vez que se utiliza esta tecnología en los lobos de Manitoba. Gracias a la combinación de los datos obtenidos mediante GPS de los lobos con collar, los datos de los reconocimientos aéreos, así como también de los reconocimientos de rastros, el estudio pudo demostrar claramente la superposición espacial de lobos y alces americanos en la región norte de la zona GHA 26, con un impacto negativo sobre la población de alces.
Los avances y capacidades de la tecnología de los collares con GPS también han permitido a los investigadores estudiar en detalle el uso estacional del hábitat, los desplazamientos, el área de acción y demás atributos del comportamiento animal (p. ej. la depredación) de distintas especies salvajes. De esta manera, se han obtenido datos que difícilmente hubieran podido obtenerse mediante estudios de campo tradicionales. Cuando los datos del GPS sobre la ubicación de los alces americanos se combinan con otros datos espaciales (p. ej., cobertura terrestre, carreteras y senderos, masas de agua, actividades industriales, como la explotación forestal y la minería), pueden funcionar como una poderosa herramienta a escala del territorio para comprender cómo se desplazan los alces americanos, usan distintos hábitats y responden a las actividades humanas.
Medidas adoptadas
Luego del descenso del 65% en la población de alces americanos entre los años 2000 y 2010, y luego de varias medidas de manejo, la población de alces americanos creció a más de 1300 individuos en 2013, lo que representa un aumento del 60% en relación a la baja de la población registrada en 2010.
Además, la mejora de otros índices de población (relación entre ternero y vaca, toros y vacas) también demuestra que la población de alces está en recuperación. La Comisión CCMM de MBMF y sus socios confían en que seguirá esta tendencia positiva.
Conclusión
Si bien los valores de la biodiversidad ya forman parte del proceso de planificación del manejo de recursos y toma de decisiones del gobierno provincial, la Comisión CCMM del Bosque Modelo proporcionó un mecanismo valioso que permite facilitar el aporte de los grupos de interés al proceso. Mediante el uso de la ciencia y la tecnología como parte de las iniciativas de investigación y monitoreo, la CCMM de MBMF ayuda a comprender las complejas interacciones dentro del bosque boreal, con el fin último de mantener las poblaciones de la flora y la fauna sustentables, incluido el alce americano.
La antigüedad (más de 20 años) de la organización permitió la construcción de la confianza y una relación eficaz entre el gobierno, la industria, la comunidad y los socios de la ONG. A su vez, esto ha permitido el aporte de perspectivas abiertas y francas respecto de la resolución de problemas de manejo de recursos.
El éxito de la Comisión ha llamado la atención de grupos de interés de otras partes de la provincia, lo que ha generado la creación relativamente reciente de una comisión similar destinada al alce americano en la región oeste de Manitoba, respaldando aún más el objetivo de MBMF de servir de modelo a los demás.Para obtener más información, consulte las páginas 15 a 20 del informe de CBD (disponible en inglés solamente): Mainstreaming forest landscape restoration and biodiversity conservation